YO Y EL OTRO
YO Y EL OTRO
Como ya me viene ocurriendo con frecuencia, hoy me he levantado con el pie izquierdo. Eso pienso y diré por qué. Y lo quiero confesar para que todo el mundo sepa que soy un títere de mi otro yo. Así, como suena. Las broncas entre yo y el otro son cada día más frecuentes y más fuertes. Es una lucha por el poder muy difícil de poner en el camino del acuerdo. Cuando yo digo una cosa, el otro dice lo contrario para fastidiarme, por lo que me pregunto muchas veces: ¿quién está más majareta, ¿yo o el otro? La verdad es que nunca podré responder a esa pregunta, pero lo cierto es que todo eso me viene dando mala espina. Ya veremos en qué queda todo esto.
Veamos: ésta mañana, por ejemplo, que es domingo, yo quiero seguir en la cama, porque en la cama siempre hay algo que hacer: duermes, piensas, roncas, o te tocas las anginas, pero eso es estar ocupado. Y como no me gusta hacer el vago, quiero seguir en la cama. Pero no: el otro sigue con el pim, pam, pum de todos los días festivos y se empeña en echarme a la calle.
-Hay que mover el esqueleto, vago me dice-, que mañana te costará más levantarte para ir al trabajo. No se deben romper las pautas de conducta caprichosamente.
-¡A la porra las normas y las reglas, tú no entiendes nada, un día es un día le respondo. Oye, majo, vamos a ver si nos entendemos, porque estamos condenados a entendernos, pese a que eres un compañero engorroso e incorregible, sabes muy bien que todas las mañanas, nada más me levanto, lo primero que hago son mis ejercicios de respiración y también abdominales. ¿Y qué me dices tú, eh, que me dices?, pues tú me dices que eso son chorradas, ya que tengo que ir a trabajar. Sin embargo los domingos te empeñas en tirarme de la cama. ¡Tú sabrás con qué intención!
-Muy bien, mañana cuando toque el despertador yo te diré que no me levanto, porque un día es un día.
-¡Pues tiene razón este miserable! musité para mis adentros. Vale, espera un momento que ahora mismo me levanto y ves pensando mientras con qué nos desayunamos hoy.
El otro yo dice: a mí me apetece unas tostadas con miel y café con leche, es lo conveniente y lo más sano para el organismo.
-Miserias digo yo. Hoy es fiesta y saltamos la valla. Quiero un almuerzo en toda regla con abundante condumio y variedad de sabores, una botella de vino, copa y puro.
-¡Ya estamos! ¿Es que has olvidado que esos caprichos te pueden costar un disgusto?
-¿Disgusto, por que? le respondo preguntando.
-¡Hombre!, está claro, ya sabes que cuando te pasas de la raya te da un "lerele" o te dan cagaleras.
-¡Qué gracioso! le respondo muy enfadado-, ¿por una vez que ha ocurrido ya me condenas a la esclavitud?
-Bien, considerando que hoy es domingo, dejémoslo en churros y café con leche, pero sin copa ni puro me propone.
-¡Y un carajo! le respondo- hoy te ignoro si quieres como si no quieres: no pienso obedecerte.
-Muy valiente, pero deja que me ría -me responde-, mañana pasarás un día de perros y un volcán en el estómago hará que te recuerdes de mi consejo.
-Es verdad claudico sin que se entere el otro-: si no le hago caso mañana estoy hecho un penco.
-¡Vale, vale!, lo dejamos, pero el aperitivo no lo perdono, ¿eh? No vengas luego con gaitas.
-Eso ya lo veremos después sigue en sus trece.
Cayetano Bretones - Goreño
Como ya me viene ocurriendo con frecuencia, hoy me he levantado con el pie izquierdo. Eso pienso y diré por qué. Y lo quiero confesar para que todo el mundo sepa que soy un títere de mi otro yo. Así, como suena. Las broncas entre yo y el otro son cada día más frecuentes y más fuertes. Es una lucha por el poder muy difícil de poner en el camino del acuerdo. Cuando yo digo una cosa, el otro dice lo contrario para fastidiarme, por lo que me pregunto muchas veces: ¿quién está más majareta, ¿yo o el otro? La verdad es que nunca podré responder a esa pregunta, pero lo cierto es que todo eso me viene dando mala espina. Ya veremos en qué queda todo esto.
Veamos: ésta mañana, por ejemplo, que es domingo, yo quiero seguir en la cama, porque en la cama siempre hay algo que hacer: duermes, piensas, roncas, o te tocas las anginas, pero eso es estar ocupado. Y como no me gusta hacer el vago, quiero seguir en la cama. Pero no: el otro sigue con el pim, pam, pum de todos los días festivos y se empeña en echarme a la calle.
-Hay que mover el esqueleto, vago me dice-, que mañana te costará más levantarte para ir al trabajo. No se deben romper las pautas de conducta caprichosamente.
-¡A la porra las normas y las reglas, tú no entiendes nada, un día es un día le respondo. Oye, majo, vamos a ver si nos entendemos, porque estamos condenados a entendernos, pese a que eres un compañero engorroso e incorregible, sabes muy bien que todas las mañanas, nada más me levanto, lo primero que hago son mis ejercicios de respiración y también abdominales. ¿Y qué me dices tú, eh, que me dices?, pues tú me dices que eso son chorradas, ya que tengo que ir a trabajar. Sin embargo los domingos te empeñas en tirarme de la cama. ¡Tú sabrás con qué intención!
-Muy bien, mañana cuando toque el despertador yo te diré que no me levanto, porque un día es un día.
-¡Pues tiene razón este miserable! musité para mis adentros. Vale, espera un momento que ahora mismo me levanto y ves pensando mientras con qué nos desayunamos hoy.
El otro yo dice: a mí me apetece unas tostadas con miel y café con leche, es lo conveniente y lo más sano para el organismo.
-Miserias digo yo. Hoy es fiesta y saltamos la valla. Quiero un almuerzo en toda regla con abundante condumio y variedad de sabores, una botella de vino, copa y puro.
-¡Ya estamos! ¿Es que has olvidado que esos caprichos te pueden costar un disgusto?
-¿Disgusto, por que? le respondo preguntando.
-¡Hombre!, está claro, ya sabes que cuando te pasas de la raya te da un "lerele" o te dan cagaleras.
-¡Qué gracioso! le respondo muy enfadado-, ¿por una vez que ha ocurrido ya me condenas a la esclavitud?
-Bien, considerando que hoy es domingo, dejémoslo en churros y café con leche, pero sin copa ni puro me propone.
-¡Y un carajo! le respondo- hoy te ignoro si quieres como si no quieres: no pienso obedecerte.
-Muy valiente, pero deja que me ría -me responde-, mañana pasarás un día de perros y un volcán en el estómago hará que te recuerdes de mi consejo.
-Es verdad claudico sin que se entere el otro-: si no le hago caso mañana estoy hecho un penco.
-¡Vale, vale!, lo dejamos, pero el aperitivo no lo perdono, ¿eh? No vengas luego con gaitas.
-Eso ya lo veremos después sigue en sus trece.
Cayetano Bretones - Goreño
9 comentarios
Goreño -
Carlos Clares -
Goreño -
NOFRET -
NOFRET -
En serio, pelearse con uno mismo es algo que supongo que nos sucede a todos, sólo que algunos lo reconocemos y otros no. Me encanta cuando leo algo que me identifica (uno siente que no está tan loco, o que por lo menos somos muchos) ;)
Goreño -
esas tildes las revisaré, deben haberse colado de incógnitos y ese plural tambié. Ya nos contarás como te ha ido el viaje. Un abrazo
Cerro -
Por cierto, Gore, he visto un par de tildes que faltan y un singular que debiera ser plural... Ya te las busca Chinpón si quieres, como es un muñeco de cartón...
Un abrazo.
Chinpón -
Cerro -